domingo, 24 de junio de 2012

Navarra - Día 4, segunda parte

No recuerdo desde cuándo nos había dado tanto de sí un día. Nos habíamos quedado con la visita al foso de los lobos. Vamos a ver, ofrecen una actividad que es dar de comer a los lobos. No nos engañemos, si están en un foso a lo más que se puede aspirar es a tirarle un trozo de carne. Eso sí, vale mucho la pena escuchar la charla que se ofrece en "dar de comer a los lobos". Si os podéis organizar para hacer coincidir el paseo por el puente sobre el foso de los lobos, mejor que mejor. Un par de fotos:
También hay osos en el foso

Uno de los lobos
Tomamos el trenecito y nos vamos a La Granja. También podíamos haber ido con la cinta transportadora. Avistamos un parque para que jueguen los pekes. No podemos pasar de largo.
El parque - vista 1
El parque - vista 2
Pau cogía a Eva para bajar por el tubo

Elías la acompañaba hasta llegar a la boca


Bien, finalmente nos dirigimos a la granja.
De camino
Aquí están los animales típicos de granja: cerdo, jabalí, conejos, polluelos, cabra, pavo real, vacas, ponis, ... 
Mamá, ¿Y dónde está su mamá?
Se asustaron un pelín
De los animales típicos de granja, al aviario. Tiene doble puerta de entrada y de salida para que no se escapen las aves, que vuelan por todo el espacio que se les ha dejado.
Dentro del aviario
A punto de cruzar un puente
Salimos del aviario y nos dirigimos a otro plato fuerte del día: la demostración de rapaces. Otra experiencia inolvidable. Uno de los chicos va dando explicaciones desde una cabina. El resto de cuidadores, están abajo haciendo la demostración. Explican y nos enseñan curiosidades como que los águilas atacan en equipo.

Preparado para la función
Ayuda para interpretar sombras













Haciendo hora


Foto de familia (se posa como se puede ;P)


Los cuidadores controlan la situación


Intimida un poquito

Nuestro Padawan cetrero


Tenía sueño el bichejo
Reponden a cualquier llamada de sus cuidadores

















No hay fotos de todo, ya que era mucho mejor verlo directamente. En las que hemos colgado, no se recoje la sensación que causa el hecho de acercarse los buitres desde lo más alto de la cima, o la del cóndor -el mayor rapaz del mundo- mirando qué hay a su alrededor. Tantas rapaces y tan cerca, todo tan bien explicado. Si vais por allí, no os lo podéis perder.

Regreso a la casa rural. Llueve. Todos rendidos. Llamamos para decir que llegamos tarde para la cena. "Ya contábamos con ello, niños", nos dijo la voz amable de Santi. Los pekes se durmieron en el coche. Nosotros aprovechamos para hablar, sobre todo, del día.

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