Sí, puede parecer una locura hacerse poco más de 700 km (en cada trayecto de ida o vuelta) para tres días y con niños, aunque no lo vemos así. Se acusa el cansancio del viaje, pero ha valido la pena.
Regresamos por la N-110 hasta Burgo de Osma. Es buena carretera. Allí, primera parada. Pau quiere estirar las piernas. Estamos poco rato, ya que hay que aprovechar que Eva duerme. Tenemos suerte y vemos una cigüeña que alimenta a su cría.
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Cigüeña alimentando a cría |
Allí, cogemos la CL-116, también buena carretera, dirección Almanzán. Parada larga en Monteagudo de las Vicarías. El pueblo es pequeño, pero matón: Iglesia gótica, castillo s. XV-XVI y vistas preciosas. Eso sí, pensábamos comprar pan del día o algún bocadillo, pero no encontramos donde. Así que le dimos de comer a Eva (llevámamos su comida en su termo), tomamos un tentenpié con lo que llevámamos en la mochila y nos fuimos a buscar lugar donde comer.
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Iglesia |
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Castillo |
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Vistas, con el castillo a la izquierda |
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Más vistas |
Después, el objetivo es A-2/Calatayud. Y a partir de ahí, A-2/Zaragoza y AP-2 Barcelona, hasta llegar a Cornellà de Llobregat.
Hemos tardado casi diez horas pero no teníamos prisa: no se trataba de una carrera, sino de llegar.
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